Preciosa, me llama. Dice que soy maravillosa (wonderful más concretamente) que soy preciosa y que está loco por mi...y yo sólo contesto con el silencio y una boca sonriendo más de lo que me da la mandíbula.
Tanto tiempo haciéndome a la idea de que valgo muy poco porque es "lo que toca" han hecho mella en mi y me han convertido en lo que soy, alguien incapaz de recibir halagos y dispuesta a convertirlos en ataques, sólo porque estoy mucho más preparada para encajarlos.
"La vida es muy dura y hay que hacerse fuerte para saber encajar los golpes que te da"
Si, todo eso está muy bien, pero ¿cuándo te avisan que volviéndote así, se te olvida cómo permitir que te quieran? Si nos pasamos la vida esperando que todo el mundo nos haga daño, no podemos reconocer a la gente que sólo quiere acariciarnos. Incluso los perros apaleados acaban recuperando la confianza en el despiadado ser humano.
Un comentario sin tacto puede destrozar un ego sensible y a veces las personas que en apariencia son más frías, esconden un interior blandito y delicado. Pero una palabra dicha con cariño puede llegar a arreglar el peor de los días. Preciosa, me llama....y me regala las estrellas...
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